Cuando un todavía inexperto David Fincher se convirtió en el director a cargo de la tercera película de la saga Alien, el listón estaba realmente alto: la primera película, Alien, el octavo pasajero, de Ridley Scott acabaría siendo reconocida como una de las mejores películas de ciencia ficción y terror de todos los tiempos, y su secuela, Aliens, el regreso bajo la batuta de James Cameron, es una de esas pocas segundas partes que, para muchos, terminó superando a su predecesora.
Así, las expectativas estaban realmente altas de cara a la tercera película de la querida saga de ciencia ficción, que terminó en manos de David Fincher tras varios años en desarrollo. Tras el gran éxito de la primera secuela, la intención siempre fue hacer una tercera, pero los productores de la franquicia Gordon Carroll, David Giler y Walter Hill tuvieron claro desde el principio que no querían más de lo mismo y buscaron nuevos enfoques. Asimismo, en un primer momento trataron de traer de vuelta a Ridley Scott como director, pero el británico no pudo por problemas de agenda.
El desarrollo de Alien 3 fue una auténtica odisea ya desde el momento de escritura de guion y, de hecho, se acabaron haciendo varias versiones. Tras el fracaso de cuatro guiones, fueron Hill y Giller quienes se hicieron finalmente cargo, aunque tomando gran parte de la última versión, escrita por Vincent Ward. Asimismo, 20th Century Fox trajo a David Fincher como director, quien hasta entonces solo había dirigido videoclips pero asumió el reto como su ópera prima. El rodaje comenzó cuando el guion ni siquiera estaba terminado y Fincher tuvo muchos problemas para llevar a cabo el proyecto como le hubiera gustado. El director tuvo que pelear por cada escena y no siempre pudo llevar a cabo su visión, pero finalmente la película estuvo lista para su estreno en 1992.

En ella, cuando Ellen Ripley (Weaver) llega al planeta Fiorina 161, es la única que ha sobrevivido al aterrizaje forzoso: Hicks y la pequeña Newt están muertos. A su llegada no tarda en descubrir que Fiorina 161 alberga a un puñado de hombres, criminales encarcelados bajo la supervisión del alcaide Andrews (Brian Glover) y su secuaz Aaron (Ralph Brown) y también está presente el doctor Clemens (Charles Dance), quien en el pasado provocó la muerte de varios pacientes. Con Ripley más deprimida que nunca tras la pérdida de Newt, la teniente convence a Clemens para que le realice una autopsia al cuerpo, sospechando que fue asesinada por un extraterrestre.
"Nadie la odia más que yo"
Mientras las dos primeras entregas de la saga habían sido un éxito, Alien 3 fue objeto de duras críticas y no tuvo buenos resultados de taquilla. Durante años, de hecho, su fama fue la de ser la peor de la saga, pero, con el tiempo, ha obtenido un mayor reconocimiento.
Hoy tienes una oportunidad ideal para verla en abierto: Alien 3 se emitirá a las 22:26 horas en el canal de TDT BeMad, tras la emisión de la precuela de la saga, Prometheus, a las 17:42 y Aliens, el regreso a las 20:01 horas.
Como no es de extrañar dado como se dieron las cosas, el primero que no guarda ningún buen recuerdo de Alien 3 es el propio Fincher, quien llegaría asegurar que "nadie la odia más que yo". "Tuve que trabajar en ella durante dos años, me despidieron tres veces y tuve que luchar por todo. Nadie la odiaba más que yo; a día de hoy, nadie la odia más que yo".
De igual modo, Sigourney Weaver constataría que el estudio se lo puso muy difícil al director: "Podía sentir que David tenía que ponerse al teléfono y pelear cada día para que rodáramos lo que quería al día siguiente. Siento que no tuviera la oportunidad de hacer el guion algo suyo antes de empezar. [...] Sentí profundamente la falta de apoyo del estudio. Ese fue un momento de transición en el que los estudios dejaron de centrarse en 'hagamos grandes películas' y empezaron a centrarse en 'no perdamos el dinero".
No obstante, con los años ha cambiado la forma en que vemos Aliens 3, que ha acabado siendo una película de culto. Dejando a un lado las altas expectativas con las que fue valorada en su día, es más fácil valorar sus virtudes y su originalidad respecto a las anteriores, así como valorar el estilo creativo de un Fincher que estaba a punto de convertirse en uno de los grandes de su generación.