Estuve 20 años pensando que esta película de Disney era un bodrio, pero me equivocaba: es una de la mejores de su época
Alicia P. Ferreirós
Colecciono juguetes de 'Toy Story' y vivo en la eterna búsqueda de Mr. Mic. Llamo Aladdin a Aladdín y considero a Mufasa un FILF. El Disney de los 90 es mi debilidad, pero Pixar me cautivó en los 2000. Ahora le doy a todo.

Un filme a menudo olvidado al que hay que agradecerle su punto de locura y toque gamberro poco visto en otras producciones del estudio

Soy una auténtica amante de Disney y Pixar pero, como la mayoría de la gente, supongo, hubo un momento en la transición a la adolescencia y luego la vida a adulta en la que dejé un poco de lado las producciones animadas que tanto me gustaban de pequeña -tuve la suerte de crecer en plena era del Renacimiento de Disney- para empezar a ver tanto otro tipo de películas como a disfrutar de las maravillosas producciones de Pixar de la época.

Un periodo que abarcó los primeros 2000, principalmente, y en el que se me quedaron en el tintero algunas de las producciones de Walt Disney Animation Studios como El planeta del tesoro, Atlantis: El imperio perdido, Chicken Little o Zafarrancho en el rancho.

La mayoría de ellas las acabaría viendo más adelante, ya con niños en casa, y, en este escenario descubrí una película que siempre había pensado que era un bodrio pero que, en realidad, es, junto con Lilo y Stitch, una de las mejores de la era post-renacimiento de Disney. Estoy hablando de El emperador y sus locuras, una de las películas menos Disney de Disney pero también una de las más divertidas.

El emperador y sus locuras
El emperador y sus locuras
Fecha de estreno 14 de diciembre de 2000 | 1h 18min
Dirigida por Mark Dindal
Con David Spade, John Goodman, Patrick Warburton
Medios
3,3
Usuarios
3,9
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La primera vez que vi El emperador y sus locuras habrían pasado fácilmente 20 años de su estreno en el año 2000 y rápidamente me di cuenta de lo equivocada que estaba.

La realidad es que El emperador y sus locuras empezó a gestarse en la etapa anterior de Disney con la intención de aportarle un poco de frescura y diversión a un momento en el que películas como Pocahontas o El jorobado de Notre Dame tenían un planteamiento más serio, pero diversos problemas durante la producción la retrasaron inevitablemente. Así, la película acabó estrenándose en un momento en el que Disney venía de dos fracasos: Fantasía 2000 y Dinosaurio.

Con El emperador y sus locuras la compañía volvió al formato musical que tan bien les había funcionado en el pasado, pero el estudio quería que la película comenzase una nueva etapa de éxitos y para ello quería que fuese diferente, algo que se nota mucho en su estética. No obstante, lo mejor del filme es que es realmente divertida, con un punto de locura y toque gamberro poco visto en otras producciones del estudio.

Disney

Desafortunadamente, a nivel de taquilla, El emperador y sus locuras se quedaría un poco corta, apenas recaudando 170 millones de dólares frente a la inversión de 100 hecha por el estudio. No obstante, a nivel de crítica fue muy bien acogida y, con el tiempo, es una de de las cintas de culto de Disney, recordada por muchos con gran cariño y simpatía. Una de esas que siempre se nos olvida que existe, pero que sin duda merece mucho más reconocimiento.

Si, como yo, llegaste tarde a El emperador y sus locuras, puedes arreglarlo rápidamente en Disney+. En ella, el joven Kuzco es emperador de los incas, pero no es especialmente bueno en su trabajo: lleva una vida despreocupada y derrochadora y su pueblo, decepcionado por sus decisiones egoístas e injustas, desea el fin de su reinado. Su consejera Yzma también quiere deshacerse de Kuzco, por lo que planea envenenarlo. Pero en lugar de morir por el veneno, Kuzco "solo" se transforma en llama gracias a un error del torpe asistente de Yzma, Kronk. Junto con su bondadoso sirviente Patcha, su única posibilidad es encontrar un antídoto que le permita reclamar su trono, pero, durante su aventura, se da cuenta de sus malas decisiones cuando estaba en el poder.

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